viernes, 29 de junio de 2018

Something about depression, una reflexión.


Something about depression, una reflexión.


Vivir con depresión no es vivir todo el día triste.
No es despertar un día y decir: ¡A huevo! ¡Hoy amanecí depresivo!
Es más, a veces ni siquiera estás triste, estás ansioso, huraño o taciturno.

Hay días en los que te ves y estás feliz, bueno, digamos contento.
Hay días en los que todo fluye bien y nadie lo nota. Tu depresión es algo chiquito, muy chiquito, tan chiquito y tan ligero como una pelusa, tan chiquito que no le tomas importancia.
Hay otros días en los que nada fluye y nadie lo nota. Tu depresión es gigante, es pesada, es… masiva y asfixiante, es como estar rodeado de humo de cigarro y tener un sopor que te invade y no te puedes quitar.  

Esos días sólo quieres quedarte acostado en la cama con las luces apagadas. Quieres abrazar fuerte una almohada y a veces gritar. A veces quieres tirarte al piso y deseas que te un infarto o algo así, algo que te mate sin tanto hacerla de emoción. A veces hasta fantaseas con que suceda una catástrofe en la cual no haces nada y sólo te dejas morir.

Esos días son los peores. Esos días buscas refugio en cualquier tontería. Si tu mente es débil, corres al alcohol, si tu voluntad es débil corres a las drogas, si eres débil en general, corres a las malas amistades. Te refugias en cualquier estupidez que te regale un poco de alivio.

Te conformas con cualquier pendejada que te regalen. Te conformas con amistades que te ignoran cuando quieren y como quieren. Te conformas con relaciones que realmente no te quieren, no te cuidan, no te procuran, te maltratan o te insultan. Te conformas con… con cualquier cosa, porque la depresión es tan grande que te sientes vacío y el más mínimo indicio de cariño te parece gigante.

Y esa es la depresión. Esta crece cada día un poco más, y te hace olvidarte de que tienes familia que le importas. Te hace olvidarte del amor que tienes por ti mismo, aunque quizá eso sea lo que te falta, amor por ti mismo.

Todos los días, todas las horas, todo momento, estás en un sube y baja. Puedes ir caminando bien, muy feliz y patear una lata de fanta fresa, esto te recuerda a alguien y ese alguien te recuerda a un fracaso y ese fracaso te hace sentir mal contigo mismo y con la vida, y de estar feliz te brincas a estar triste, te brincas a sobre analizar lo que te ha pasado y comienzas a ver todo feo, todo malo, todo negativo. Sabes que no debería ser así pero te cuesta demasiado trabajo evitarlo.

Siempre es más fácil sentirte miserable y ver todo negativo.
Siempre es más fácil pensar las salidas fáciles.
Siempre es más fácil sentirse triste y mal sin saber porque uno se siente así.

Supuestamente una tristeza no te debería de durar demasiado tiempo.
Supuestamente pero son cosas que a veces están más allá de tu control.

A veces tu fuerza de voluntad no es tan grande y necesitas ayuda, si crees que es así, hazlo, acércate. Busca esa mano empática que te apoye, estás solo, pero estás bien aunque no te puedas dar cuenta de ello.  

En fin, esta es sólo una reflexión, puede que esté cercana o lejana de la realidad.
Te lo dejo a tu criterio. 

Con cariño: 
Mikapiensa


No hay comentarios:

Publicar un comentario