Something about depression, una reflexión.
Vivir con
depresión no es vivir todo el día triste.
No es
despertar un día y decir: ¡A huevo! ¡Hoy amanecí depresivo!
Es más, a
veces ni siquiera estás triste, estás ansioso, huraño o taciturno.
Hay días en
los que te ves y estás feliz, bueno, digamos contento.
Hay días en
los que todo fluye bien y nadie lo nota. Tu depresión es algo chiquito, muy
chiquito, tan chiquito y tan ligero como una pelusa, tan chiquito que no le
tomas importancia.
Hay otros
días en los que nada fluye y nadie lo nota. Tu depresión es gigante, es pesada,
es… masiva y asfixiante, es como estar rodeado de humo de cigarro y tener un
sopor que te invade y no te puedes quitar.
Esos días
sólo quieres quedarte acostado en la cama con las luces apagadas. Quieres abrazar
fuerte una almohada y a veces gritar. A veces quieres tirarte al piso y deseas
que te un infarto o algo así, algo que te mate sin tanto hacerla de emoción. A veces
hasta fantaseas con que suceda una catástrofe en la cual no haces nada y sólo
te dejas morir.
Esos días
son los peores. Esos días buscas refugio en cualquier tontería. Si tu mente es
débil, corres al alcohol, si tu voluntad es débil corres a las drogas, si eres
débil en general, corres a las malas amistades. Te refugias en cualquier
estupidez que te regale un poco de alivio.
Te
conformas con cualquier pendejada que te regalen. Te conformas con amistades
que te ignoran cuando quieren y como quieren. Te conformas con relaciones que
realmente no te quieren, no te cuidan, no te procuran, te maltratan o te
insultan. Te conformas con… con cualquier cosa, porque la depresión es tan
grande que te sientes vacío y el más mínimo indicio de cariño te parece
gigante.
Y esa es la
depresión. Esta crece cada día un poco más, y te hace olvidarte de que tienes
familia que le importas. Te hace olvidarte del amor que tienes por ti mismo,
aunque quizá eso sea lo que te falta, amor por ti mismo.
Todos los
días, todas las horas, todo momento, estás en un sube y baja. Puedes ir
caminando bien, muy feliz y patear una lata de fanta fresa, esto te recuerda a
alguien y ese alguien te recuerda a un fracaso y ese fracaso te hace sentir mal
contigo mismo y con la vida, y de estar feliz te brincas a estar triste, te
brincas a sobre analizar lo que te ha pasado y comienzas a ver todo feo, todo
malo, todo negativo. Sabes que no debería ser así pero te cuesta demasiado
trabajo evitarlo.
Siempre es
más fácil sentirte miserable y ver todo negativo.
Siempre es
más fácil pensar las salidas fáciles.
Siempre es
más fácil sentirse triste y mal sin saber porque uno se siente así.
Supuestamente
una tristeza no te debería de durar demasiado tiempo.
Supuestamente
pero son cosas que a veces están más allá de tu control.
A veces tu
fuerza de voluntad no es tan grande y necesitas ayuda, si crees que es así,
hazlo, acércate. Busca esa mano empática que te apoye, estás solo, pero estás
bien aunque no te puedas dar cuenta de ello.
En fin,
esta es sólo una reflexión, puede que esté cercana o lejana de la realidad.
Te lo dejo
a tu criterio.
Con cariño:
Mikapiensa.
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