Verano del
2019 (I)
Cuando la
pena, la tristeza o la ausencia me besa, escribo.
Siempre desahogo
y expreso lo que duele, y su motivo.
Muchas veces
no entiendo a la gente, eso me tiene un poco consternado.
Y a veces
hay gente que provoca en mí, reacciones que me tienen devastado.
Anoche pasé
un buen rato con los ojos hinchados.
Los ojos de
fuente, manos de temblorosas y la luz apagada.
Tomé mi
pluma, mis manos, mi libreta.
Tomé mi
dolor, mi inseguridad, y los expresé a manera de poema.
Me comí la métrica
y la rima.
Sólo pensé
en sacar, en desahogar y sentirme más tranquilo.
Me dicen
que las cosas pasan por una razón.
A veces yo
no les encuentro ningún sentido.
Me dicen
que estoy bien por seguir mi objetivo.
A veces
duele demasiado, ¡estoy siendo objetivo!
Me reprocharon
el perseguir mi sueño.
Yo lo veía
como un sueño compartido.
Me reprocharon
el no sentirme listo.
Fueron más
de cinco razones que me tenían en el piso.
Siempre pensé
que el abandono llegaría por otra razón.
Por fallar
a la lealtad que prometí con el corazón.
Y no me
hablen de empatía si no entienden que es ponerse en mi lugar.
Si mi lugar
está solo, te juro no es porque así lo haya pedido.
Entre más
avanzo menos entiendo, menos comprendo y más me duele.
Me aferro a
mis ideales que la gente no comparte.
Me aferro
porque me sentí seguro por lo menos un instante.
No me
hablen de amigos, cada quién siguió su camino.
No me
hablen si te digo que en este momento no lo necesito.
Necesito soltar
aquello que no es y nunca fue mío.
Necesito no
sobre analizar lo que sucede en mí camino.
Cada decisión
me abre un sendero diferente.
Debería sentirme
feliz, pero me siento menos inteligente.
Cada persona
que pasa por mi vida tiene un precio.
¿Quién lo
ha decidido?
Está pinche
aventura es más costosa de lo que pensé.
Mandé tantas
cosas al carajo, hoy no me sientan bien.
La gente
llega y la gente se va.
Yo sigo
aquí caminando, no quiero mirar atrás.
Que no me
hablen o me digan que me regalan su empatía.
Guárdate tu
chingadera, yo me quedo con la mía.
Yo no
entiendo, evidentemente no voy a entender.
No me
exijan madurez para asimilar un pluscuamperfecto.
Había creído
que estaba en lo correcto.
No me
toquen, necesito destruirme y volver a comenzar.
Verano del
2019, bonita fecha para madurar.
Michel
Zamudio
28
de agosto, 2019
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