En un
tumulto de miradas lascivas y despectivas, resalta el brillo de tus ojos.
Entre
cientos de gritos que ahogan el silencio, resalta lo dulce de tu voz.
Y de todos
los dedos que te apuntan, los silencios que te fulminan y las miradas te laceran.
Te pierdes en
las corrientes que llamamos vida.
Te entregas
a caricias, besos y miradas.
Abres tus
brazos a figuras que te atrapan.
Vuelas o
sólo te dejas llevas por el viento.
Y entre
todo lo que sucede, escapas de mis dedos.
¿Quién soy
yo para poseerte?
Si no soy
nadie más que para escribirte.
Pasas de
largo, acariciando a la depresión.
Y besas
labios que no te besarían como yo.
Regalas tu
mirada y tus abrazos, pero no el corazón.
Palabras más,
palabras menos.
Te
encuentro pero no te alcanzo, y externo mi sentir
A cuenta
gotas para no ahogarte en el sentimiento.
Me dejo
llevar con temblor y con miedo.
¿y tú?
Pasas de largo, tan efímera y cortante.
Como navajas
en los labios que mutilan mi expresar.
Te abro una
habitación del corazón para alojarte
Pero te rehúsas
porque adoras tu libertad.
Adoras la
música, tu silencio y tu licor.
Te prestas
para la lubricidad casual en brazos ajenos.
Y cambias
de página cuando algo te aburre.
¿Cómo
conquistarte sin poseerte?
Abres dudas,
cuestiones en mi cabeza.
Tocas puertas
que no sabía que poseía.
Corres entre
los pasillos del soñar y de la ilusión
Pero nunca
te quedas en una habitación del corazón.
Quiero abrazarte,
poseerte y mirarte.
Quiero regalarte
un poco de mi felicidad
Y
compartirte mi vida por un lapso.
Quiero que
sientas lo que siento en un abrazo.
Michel
Zamudio (Mikapiensa)
23/Junio/2019
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