domingo, 20 de julio de 2014

Helenita I



Hola gente que aún lee mi blog. Han pasado muchos días, prácticamente un mes de la última vez que actualicé el blog y de nuevo aquí estoy. Les podría escribir una historia gigante de todo lo que pasa en mi vida, de cómo las cosas van cambiando y sigo adaptándome al cambio y a su vez “evolucionando”, relacionarme con el mundo adulto y muchas cosas más que idealmente deberían de ser “sencillas” pero para alguien como yo (un niño), no lo son.

No quiero decir “haré mi esfuerzo por volver a subir algo una vez a la semana” porque sé que fallaré, entonces, mejor subiré cada vez que pueda, que tenga ganas, ya sea una o dos a la semana o al mes, espero que lo poco o mucho que sea lo disfruten y puedan darme esa retroalimentación para poder seguir creciendo en mi modo de escribir y tener ideas.

En otras noticias, retomé la idea de escribir un libro, hace mucho subí un “mini borrador” de un libro que se llamaba “el diario de un tonto”, tomé esa misma idea y la transformé, el formato-estilo sigue en el mismo, solamente quiero profundizar y hacerlo más extenso y adictivo, entonces, espero poder empeñarme en este proyecto y llevarlo a su fin y si es lo suficientemente bueno, llegué más lejos de lo que yo pueda imaginar.Ahora, los dejo con la siguiente punto de vista de mis previos escritos de "Amanda". 

Helena I 



                XX/XX/20XX

Querido diarío…

Dsalñjkfsdlfkjasñdlfkjñlksadjf lkñadsjflñaksdjflsñadkfj

Eso no va a pegar…



Se supone que te compré para escribir lo que pasa, estos últimos días han pasado cosas un tanto… extrañas y tengo necesidad de contárselo a alguien, lo intenté con mis amigas pero ninguna entiende lo que pasa, no se pueden acercar ni un poco a lo que son las cosas y no quiero ser grosera con ellas.



Busqué métodos para sacar eso que llevo en internet y me salió el tip de escribir, de llevar un diario personal pero ¡Por Dios! ¿Quién lleva un diario a esta edad? La última vez que yo intenté llevar un diario tenía quince años y me lo regaló mi madrina, era una libretita color verde limón con muchas hojas así chiquitas y un candadito, una llave con un corazón en la agarradera, un día se me perdió la llave y tuve que romper el candado con unas pinzas de mi papá, después de eso la intimidad que tenía escrita ahí valió madres con mi mamá curiosa, un día que me fui a la escuela lo dejé en mi cama y cuando regresé mi mamá ya se había enterado de mi intimidad ¡me dio tanto coraje! Y pensándolo bien, hice un pancho TAN grande por mi diario, según yo ahí tenía cosas súper importantes pero pues… pensándolas bien, realmente no eran tan grandes, realmente pocas cosas en mi vida las he sentido como algo grande, la preparatoria se me hizo un asco, todo era tan sistemático, no había esa libertad de elegir el camino para llegar al mismo resultado, los profesores hacían su trabajo con hueva y la gente no era de lo más amable.



Qué curioso, ya llevo “bastante” escrito en este intento de diario, no quiero que sea un diario pero tampoco quiero ponerle un nombre, eso es TAN infantil, a parte que ya hay un libro que es un diario.



¿Qué dirían si encuentran esto y lo hacen libro?

“El diario de Helena”

Sería un libro un poco aburrido, quizá lo más emocionante sería contar como me gusta hacer muchas cosas porque siento que tengo demasiado y me gusta estar siempre ocupada. Leerían de las veces que me acuerdo de ciertas cosas y sin querer termino llorando, leerían cosas curiosas como las que me han estado pasando en los últimos días, eventos que se te quedan dando vueltas en la cabeza una y otra y otra vez, recuerdos tan masticados que dan asco y datos que me han llevado hasta este punto, estar aquí, acostada en mi cama escribiendo en una libreta mientras juego con el tapón de la pluma en mi boca.



Bueno… ya, hablando de lo que me ha hecho comenzar a escribir es algo bastante raro, ¿sabes dónde trabajo? ¿sabes lo que hago? No, ¿verdad? Por eso escribo en ti, para contarte esto.



Hace unos días en mi trabajo una mujer comenzó a ir con cierta constancia, en un principio solamente se me quedaba viendo y yo me daba cuenta, por alguna razón no me incomodó en lo absoluto, se me hacía algo normal, todo el tiempo alguien se me queda viendo y no es como que tenga un cuerpazo o algo así, solamente pasa, siempre me han dicho que estoy “curiosita”. Un día la señora se animó a hablarme y me invitó a tomarme un café con ella, que le recordaba a alguien, no sé por qué pero acepté, confieso que me sentí muy cómoda con su invitación, no me sentí acosada o molesta, fue algo tan diferente y único, me dejo pensando y por eso ahora estoy aquí escribiendo.



Es tarde ya, debería de dormir, si vuelve a pasar algo que me deje pensando probablemente me desahogue en una más de tus hojas, me siento mejor ahora que lo he hecho.



Por cierto, su nombre era Amanda, me gusta como suena, tiene ese tono dulce en los oídos y aparte de eso, es una mujer muy guapa, me gustaría ser como ella cuando sea toda una mujer.



Helenita :)

"Te deseo la misma felicidad que te desees a ti mismo" 


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