Regret número uno.
Hola,
me llamo…
tengo tantos años de edad…
moriré eventualmente sin darme cuenta…
tengo tantos años de edad…
moriré eventualmente sin darme cuenta…
El
sábado pasado tuve un examen en el que tuve el placer de conocer a seis personas
que en cierto modo me hicieron abrir los ojos y a la vez cerrarlos. Me hicieron
sentir tristeza y pereza por mi vida, sentí cierto malestar por el hecho de
saber que quizá he desperdiciado un par de años de mi vida en cosas tan
absurdas que me arrepentí de haberlas hecho o vivido, y es cierto, quizá debí
invertir menos tiempo pensando en la idea de enamorarme de alguien que no me
correspondía o dejar de perseguir aquellos amigos que se desviaron del camino y
quise enderezar su camino aún sabiendo que ya era muy tarde. Quizá debí
centrarme más en mis libros de matemáticas, en mis grupos de amistades
intelectuales o aprender herramientas nuevas. Es fácil voltear al pasado y
sentir cierto arrepentimiento por lo que no somos, por lo que no alcanzamos y
por lo que no será, pero mi vida no se termina en un pozo infinito de
lamentarse, tengo veintitantos años y aún puedo cambiar la historia de mi vida.
Todavía tengo oportunidad de realizar algo por esta existencia que pasa de ser
alegre a la tristeza y viceversa.
Te prometo no cerrar los ojos y vivir mi vida sin
conformarme nunca más, levantarme cuando caiga y no buscar despertar lástima de
nadie más.
M.
Gray
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